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Mostrando entradas de junio, 2017

Wonder Woman, la amazona que arrasa en el cine.

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La Mujer Maravilla aparece en los comics en los inicios de la Edad de Oro (1935 – 1956), siguiendo la cronología de DC Comics. En 1938, Joe Shuster y Jerry Siegel habían presentado a Superman en el primer número de Action Comics. En 1939, debutaba Batman, creado por Bob Kane y Bill Finger, en la revista Detective Comics. Y en 1942, en Sensation Comics, aparecía Wonder Woman (1) , la amazona que vivía en Isla Paraíso, y en sus primeras aventuras conocía al capitán Steve Trevor, viajaba a EEUU y conocía a su amiga Etta Candy, uniéndose al poco tiempo a la JSA (Sociedad de la Justicia de América). El creador de la princesa Diana era el sicólogo William Moulton Marston, quién afirmaba que “para mí, desde el punto de vista de la sicología, la peor falta de los cómics era su escalofriante masculinidad”. Pero no nos tiene que decir un sicólogo algo tan evidente en los años 40 o incluso en los años que corren, que los comics de superhéroes son un mundo masculino. Marston es un p...

Batman, el caballero luminoso (y kitsch)

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Yo nunca tuve que decir "soy Batman" Adam West En los años 60, ocurrió un verdadero fenómeno de masas de la cultura pop, nos referimos al éxito de la serie de televisión “Batman”, estrenada en la cadena ABC en 1966, y emitida hasta 1968. Con 120 episodios, tuvo una fama arrolladora. El año 1966 se estrenó en los cines la película “Batman”, casi con el mismo elenco que la serie de TV. Protagonizada por Adam West (Bruce Wayne/Batman) y Burt Ward (como Dick Grayson/Robin), la serie contaba en forma sicodélica y muy colorida las aventuras del Superhéroe de Ciudad Gótica. También aparecían personajes como Alfred, Batichica, el comisario Gordon, y los infaltables villanos, donde podíamos ver al Guasón, el Pingüino, Gatúbela, o el Acertijo. La serie era una adaptación del comic, pero en un tono brillante y con bastante de comedia, y en sintonía con algunas corrientes de la década. Podemos hablar sin exagerar de una clara inspiración de lo kitsch y lo ...

Gabotril. Sin prescripción

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Por Mario Baldío Advertencia: La letra escrita en esta reseña (o receta?) es solo una metáfora creativa que no tiene nada que ver con el pensamiento del autor. Escuchar, dicen, es un fenómeno psicoacústico. Lo que entra por las pailas se hace indisociable de lo que se cocina en la mollera. Lo que pasa con Gabotril es, digamos, otra cosa. Su música es un fenómeno psicoactivo. Lo que oímos es una guitarra haciendo:              “charrachachárrachachárrachachán!!”, pero no estamos escuchando realmente, sino asistiendo a la aguardentosa, balcánica y cocodrilezca boda gitana de nuestras polígamas neuronas. No nos será posible escapar de esa sinestesia porque es algo más que una sinestesia. Se suspende la retórica del músico que vende un discurso, un mensaje, una prédica escuálida que se hace humo entre los sordos alegres del público. Las canciones, mejor dicho, las “rolas” de Gabotril se dislocan a ...