viernes, 29 de julio de 2022

Sergio Meier, el Soñador de Quillota


 

Ilustración de Ékara

"En esta solitaria y ruinosa torre, construida contra el ataque de los mares del cambio, permanecerán mis libros y mis hechizos..."

Clark Ashton Smith

 

"La Ciencia Ficción ha muerto, viva la Ciencia Ficción"

Sergio Meier

 

El escritor chileno de ciencia ficción Sergio Meier (1965-2009), nació y murió en su querida ciudad de Quillota, a la que él solía llamar Quilloth. Esa misma ciudad que describe con intrincados y misteriosos túneles subterráneos, en una de sus novelas. Sergio participó activamente en la comunidad nacional del género fantástico, y fue muy amigo de sus amigos. Así como muchos escritores y poetas de los años 80 peregrinaban a la casa de Juan Luis Martínez en la Quinta Región (al que Enrique Lihn llamaba, con su humor característico, "nuestra Virgen de Villa Alemana"), muchos escritores de Valparaíso o de Santiago peregrinaban a la casa de Sergio Meier, donde vivía con su esposa Isabel. Esa casa llena de libros y conversaciones que se alargaban por horas. Pienso en autores de ficción especulativa como Sergio Alejandro Amira, Marcelo López, Miguel Vargas, Carlos Lloró y el casi hard Teobaldo Mercado, solo por nombrar algunos. Incluso escritores del mainstream como Francisco Ortega han reconocido y saludado su genio.

Meier era un lector omnímodo, un hombre de libros, devorador de cuentos, novelas, poesía visionaria, revistas, cómics y hasta publicaciones científicas, pero también era un aventurero de la mente, que viajaba por su amada ciudad, por el puerto de Valparaíso, Viña del Mar o por Santiago, que reverenciaba con absoluta devoción a H. P. Lovecraft, el Profeta de Providence, y que llegó a afirmar en una conferencia pública su tremenda frase "Yo soy Lovecraft". Tradujo cuentos y poemas de Lovecraft al español, y varios de sus cercanos afirman que eran unas excelentes traducciones. También tradujo a nuestro idioma escritos de August Derlerth, Clark Ashton Smith y el crítico lovecraftiano Dirk Mosig. Incluso, junto a Miguel Vargas, editó el libro El extraño, recopilación de cuentos y poemas de HPL y algunos miembros de su Círculo.

Sergio publicó las novelas El color de la amatista (1986), y La segunda enciclopedia de Tlön (2007), la que podemos ubicar en la corriente steampunk de la ciencia ficción.

Colaboró con relatos en antologías como Años luz: mapa estelar de la ciencia ficción chilena y Alucinaciones.txt, además de haber publicado artículos en revistas como por ejemplo 2010. Su cuento Fractales es un verdadero "pequeño" hito del género en nuestro medio; aquí crea el libro de saberes prohibidos Fractanomicon, escrito por el judío loco Benoit Mandelbrot. Estamos aquí ante una broma metaliteraria (¿o más bien borgiana?) de Sergio, ya que Mandelbrot fue una persona real, un matemático conocido por sus estudios en el campo de la geometría fractal.

Es de esperar que algún día se publique su libro inédito Memorias de un Golem, para acceder a otra dosis de su obra. Un viaje que siempre, siempre será enriquecedor.

Ya que desgraciadamente las novelas de Meier hoy son muy difíciles de encontrar, quería terminar estas breves líneas recomendándoles el libro Conversaciones con Sergio Meier, de Carlos Lloró, editado el 2016 por la Editorial Universidad de Valparaíso. Es una excelente puerta de entrada a los mundos del Alquimista de Quillota, quien gustaba de vestir como un caballero diletante, con su reloj de bolsillo. Pero tal vez no era un reloj, sino su brújula cuando se lanzaba más allá de este mundo y sus océanos, recorriendo los espacios estelares en busca del caos geométrico y los Primordiales... entonando los cantos prohibidos..."Iäuuuuuiii, Iä".

Sergio, quizás a los 43 años encontraste de nuevo la Llave de Plata. Y volviste a abrir la puerta de los sueños.

Miguel Acevedo


(Publicado originalmente en Machucao, compendio de monstruos)

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