domingo, 20 de febrero de 2011

La Muerte de los Cines de Santiago Centro



Hace ya varias semanas atrás, cerró el cine Gran Palace. Si a eso le sumamos el cierre del Hoyts del paseo Huérfanos (donde estaba el antiguo cine Rex), ya casi no quedan cines en el centro de Santiago. Están el Cine Arte Normandie (que se mantiene a pesar de los embates de los elementos y del mercado) y el Cine Arte Alameda, pero un poco en la periferia de lo que todos comúnmente llamamos “el centro”. Y sin contar las salas que exhiben cintas triple X (como el Nilo, el Mayo o el Capri), lo que estamos viendo es lisa y llanamente la muerte de las salas de cine, en una zona que estuvo caracterizada precisamente por su existencia. Su servidor creció en los años 70 y 80 (la década del 80 aún está en pleno revival aquí en Chile), y cuando con mis amigos íbamos al centro, un panorama seguro era ir a ver una película al cine. Sea con mis papás, o luego sólo con mi hermano y mis amigos, se podía ir al Windsor, al Ducal, al Rex, al impresionante cinerama del Santa Lucía, al Bandera, al Central, al Huérfanos, al Huelén (que se especializaba en dar cine infantil), al Victoria, al Astor o al Lido. Alguna vez también existieron el cine Metro, el España, el Toesca y el Alfil. Y además estaban las salas que daban las películas luego del estreno, solas o en programas doble, como el City, el York, Cinelandia o el cine Río. Y también los inolvidables cines de barrio, como el California o el cine arte de la Universidad Católica, en la plaza Ñuñoa. Y el mítico cine Prat, en el barrio Franklin… (cito a mi hermano: “el punto es que si hubiese existido tarjeta de socios del cine Prat, nosotros hubiésemos sido los primeros en la lista” http://poetalandia.blogspot.com/2008/05/otra-sobre-king-kong.html )
En los 90 y hasta los primerísimos años 2000, varias de estas salas siguieron sobreviviendo, pero una a una sucumbieron a la feroz modernización capitalista, en su fase neoliberal. Algunas se remodelaron y trataron de adaptarse al nuevo aspecto, y dinámica, del negocio cinematográfico, volviéndose multisalas, y con una confitería más al estilo yanqui, pero estaban en sus últimos estertores y nada las pudo salvar, ni a las hace muchos años extintas salas del multicine Rex, ni al renovado cine Gran Palace. Los últimos días fueron sin pena ni gloria. Y más de alguien habrá pensado cínicamente, que no hay lugar para la nostalgia ni la melancolía en el reino del business.

No he sido riguroso en esta nota, ni pretendía serlo. No están nombradas todas las salas del circuito cinematográfico de Santiago centro, ni mucho menos los numerosos cines de barrio. Solamente quería recordar que hubo vida antes de los 2000, antes de los pop corn y los estrenos simultáneos de una película en Chile y en Estados Unidos, antes de los esnob que creen que la creación audiovisual nació con Internet, antes de los “creadores” eternamente becados por los Fondart, o de los consumidores que entran al complejo de salas actual y ven cualquier película que se haya estrenado. Y donde la crítica de cine (con escasas y honrosas excepciones, por supuesto) es simple exaltación de las cintas más comerciales, entrega de datos de taquilla, recaudaciones y costos en dinero, entrevistas sin ningún contenido a la fugaz estrella de moda, y otras lindezas que se supone serían propias de un “crítico de arte”, (hoy sólo comentarista de espectáculos). Qué lejos estamos de los años en que se estrenaba kaijú en el cine (como “La Guerra de los Monstruos” o “La Furia de King Kong”, ambas de Ishiro Honda), o en un plano muy distinto, pero igual de extraño para la supuestamente glamorosa realidad de hoy, se podía ir a ver “100 niños esperando un tren” en plena dictadura militar, cuyos censores la catalogaron para mayores de 18 ó 21 años, con tal de poner trabas a su exhibición, y donde los protagonistas no eran actores que luego del estreno comercial se les iban los humos a la cabeza, sino niños de un taller de séptimo arte en la población Lo Hermida… (Y por favor, por estos párrafos no me vengan después con que soy de los superficiales con nostalgia del pasado mejor, que lo más terrible que les pasó en esa época era que no podían carretear tranquilos en la madrugada por culpa del toque de queda. Tengo la memoria intacta, y estos no son mis únicos recuerdos de los años de la dictadura de Pinochet, y lo joven que era no me impedía saber lo que pasaba a ojos de todo el mundo).
A fin de cuentas, la muerte de los cines de Santiago centro, lo único que logra es volver un poco más fea a esta ciudad.

Para terminar, los invito a leer un muy buen texto sobre el desaparecido cine Lido, en el siguiente enlace:
http://www.mabuse.cl/articulo.php?id=86440


“Teatros no Cines: Se suele incurrir en una pequeña confusión cuando se recuerda que los cines de esa época eran denominados teatros. El motivo es porque los propietarios no sólo exhibían filmes en sus dependencias, sino también lo combinaban con funciones teatrales, cuyas compañías muchas veces eran de gran número, según fuesen las condiciones del recinto.” ( Cines de Santiago Centro, por Alberto Angerstein y otros, en Cinema Paraíso, número 1, mayo 2005)

Miguel Acevedo

21 comentarios:

  1. "La Furia de King Kong" (King Kong Escape) fue estrenada en Chile en 1978, y "La Guerra de los Monstruos" en 1979... Ambas películas japonesas fueron producidas en los 60...

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  2. Una colaboración: "De mitad de los ochentas es “Cien niños esperando un tren” (1986)... Sin exagerar, una de las películas claves de la historia del cine chileno. Un documental que se pone de pie en su propia dignidad (filmar en 35mm a un grupo de niños de un colegio de población, y a su encantadora y severa profesora, Alicia Vega), y que es una reflexión en múltiples sentidos: sobre los horrores del país, sobre los cineastas de la época (Agüero parece ponerse a sí mismo en la misma situación de esos niños que debe aprender a hacer cine, desde cero), y sobre cómo la conexión entre vida y cine expande sus dimensiones en el documental, que puede ser tan sutil como feroz en un mismo plano." Me parece que este documental en realidad es posterior a 1986, fue estrenado en 1988 si no me equivoco.

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  3. "La Furia de King Kong" se estrenó en las salas del país en 1977. Ver más abajo el texto "King Kong en Cartagena".
    (y "La Guerra de los Monstruos" la fui a ver con mi amigo José Manuel al cine Bandera!)

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  4. En los 80 mi madre nos llevaba casi todos los domingos al cine, a mi y a mi 2 hermanos. Recuerdo muy bien el Huelén porque vimos un montón de películas de monos animados y las de Cantiflas.
    Al metro fuimos a ver el Capitán Nemo, al Ducal ET y la Guerra de las Galaxias, al Toesca La cencienta y en general las de Disney y al Continental Los 10 Mandamientos que había una fila que daba vuelta hacia la Alameda.
    Qué lindos recuerdos, de hecho las veces que he visto ET, me emociono nuevamente. Por un lado porque la película me encanta, pero yo creo que más es porque recuerdo cuando íbamos al cine con mi mamá los domingos. Qué hermosos recuerdos
    Lorena V.

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  5. Excelente y apasionante tu artículo. Me encantó sobre todo que estoy abocado justamente a reconstruir la memoria de los cines y teatros de Santiago, guardo tantos recuerdos, soy mayor que tú, de modo que mi memoria remonta a un período más anterior todavia, los cines de los años 50 y 60. Recuerdo la inauguración del cine Lido, en 1957 con la película de Charles Chaplin "Un Rey en Nueva York" y después con mis padres fuimos a ver allí toda la serie de "Sissi". Vi la inauguración del Gran Palace, donde antes estuvo el cine Lux, de la cadena Cines Unidos. Recuerdo cuando se abrió el cine King en octubre de 1957, con la película americana "Un rayito de sol", con Debbie Reynolds y Eddie Fischer.El año 1957 fue pletórico en apertura de cines, pues se abrió también el cine Huelén, con la película "Los verdugos del mar", con Victor Mature.Ese año se inauguró también el cine Califormia en av Irarrázaval, actual Teatro Municipal de Ñuñoa. Me imagino que no habrás conocido el cine Santiago, de calle Merced frente a la Casa Colorada, actual caracol Santiago, que daba sólo películas mexicnas. En fin, son incontables los recuerdos que guardo de todos esos cines que se fueron.

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  6. Muy bueno tu comentario. Te agradezco que compartieras esos recuerdos conmigo y los lectores del blog.
    Saludos!

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  7. Uuuuuuhh! me llevé una nostálgica sorpresa al leer esta entrada. No es que fuera mucho al nuevo Gran Palace, más bien lo visitaba de niña. Y el Hoyt.. en fin, un par de buenas pelis (y otras tantas bastante malas) me vi ahí. Lo que pasa es que al estar tanto tiempo lejos, como que estas noticias pegan más fuerte.
    La verdad es que yo también tengo esa sensación de haber sido espectadora del lento morir del cine en Santiago Centro, y traté hasta el final de ser fiel al cine España (el de la Galería) pequeño y con butacas que parecían un instrumento de tortura medieval, el Lido, que quedaba al lado de la Librería Chilena y en donde daban funciones triples. Para qué hablar del Huelén y el cine Huérfanos donde hice la cola más larga de mi vida para ver "Los amos del universo" jajaja
    Bueno, amigo, gracias por este recuerdito y la información, tal vez no la leí oportunamente, pero en la lejanía, es como si el tiempo en Chile se me hubiera detenido. Un abrazo

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    1. Pues yo también vivo lejos de Chile, pero ahora estoy volviendo cada año por un largo período y me dedico a reconstituir la memoria perdida. Cada vez estoy más convencido de que los chilenos no saben conservar el patrimonio cultural y arquitectónico, el crimen más grande que se ha cometido los últimos años ha sido la demolición del mítico CINE METRO, para construir una horrorosa torre moderna de un banco. En Chile se destruye lo bello para reemplazarlo por la fealdad.
      Un abrazo!

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  8. Buena crónica. De verdad es de lamentar cómo el progreso material (que a todo esto es para unos pocos) nos priva del progreso cultural (que sí era para muchos). Buena además la crítica a los supuetos críticos de cine. Lamentable que Santiago se despueble de lo que lo hizo tan interesante en otras épocas.

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  9. Gato, René y Pato: me gustaron mucho sus comentarios. Aunque hasta una simple carita feliz :) es válida como un comentario, me dio mucho gusto que compartieran sus reflexiones conmigo, y que visiten regularmente este blog.

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    1. Pues es un verdadero placer aportar con nuestras vivencias, este blog me ha inspirado justamente para rememorar hermosos viejos recuerdos y seguiré aportando a medida que surjan nuevos rastros de mi memoria.

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  10. Pato: tus hermosos viejos recuerdos y los rastros de tu memoria siempre serán bienvenidos aquí.

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  11. Sobre el estreno de "Cien niños esperando un tren": La censura vuelve a pegar fuerte, en este caso al documental de Ignacio Agüero "Cien niños esperando el tren". Una película que muestra un taller de cine en sectores populares a cargo de la académica Alicia Vega, fue calificado para mayores de 21 años. La película triunfa en festivales internacionales y llega a tener un reconocimiento incluso en Japón, es considerado con el tiempo, en uno de los mejores documentales de la historia del cine chileno. Fue estrenada en 1988. Ese año se estrenó también la famosísima película "Sussi", de Gonzalo Justiniano. Datos sacados de la pagina web Cine Chile.

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  12. La verdad ya casi no hay cines clásicos, quedan solo Cine Hoyts, Cinemark, Cine Planet y Cine Pavilion

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  13. Y hoy todos los cines de Santiago están cerrados hasta nuevo aviso... ya volveremos a las salas de cine.

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  14. Pasó la pandemia y volvieron a abrir las salas de cine, pero en el Centro de Santiago solo quedan un puñado funcionando: el cine arte Normandie, el Centro cultural Alameda (en una nueva ubicación), el cine El Biógrafo y el complejo de salas del Mall Vivo Imperio.

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