(Nota para el libro "Velocidad", de Jaime Rodríguez, publicado por GatoJurel Ediciones)
Nota Introductoria
Es muy grato para mí escribir esta nota introductoria al
libro “Velocidad”, de Jaime Rodríguez, publicada por GatoJurel Ediciones. En
los dos relatos que leerán a continuación, se encontrarán con un registro
urbano y en algunos momentos realista, pero muy alejado de lo que hoy se
entiende por esos términos. Jaime nos introduce en un mundo marginal, en el
cuento que le da título a este breve libro, pero sin los típicos giros y
lenguaje “naturalista” que hoy abunda en el cine chileno y en las teleseries,
por ejemplo, donde la caricatura gruesa y la jerga supuestamente flaite
impregna los diálogos y las actuaciones, sonando falso y vacío, mirado desde
lejos por el “artista sensible” que hace una especie de turismo social en las
cloacas de la ciudad. Aquí son personajes de verdad, que se mueven en los
márgenes de la realidad vivencial de los segmentos populares. Y siempre buscando
un escape, una grieta por donde salir de una precariedad aplastante, quizás gracias a unas raudas
zapatillas que hacen casi volar al protagonista de uno de estos cuentos.
Y en “Informe de Administración”, otra vez nos topamos con
algunos personajes que se mueven al filo de la marginalidad, y otro al filo de
la cordura. Aquí un simple informe de la administración de un conjunto de
edificios, y las empresas ligadas a sus labores habituales, romperá los límites
del aburrimiento tan típico de estos documentos grises que uno jamás leería
completo, para transitar hacia los terrenos de una historia surrealista, casi
dadaísta, con mucho humor, pero que ocurre en los típicos ambientes sociales de
una ciudad chilena, y donde hay un conejo casi sacado de una de las aventuras
maravillosas de la Alicia de Lewis Carroll, que invita con su sola presencia a
uno de los protagonistas a preguntarse por su salud mental y física, y al
lector por el tipo de registro realista donde pensaba estar cómodamente instalado
leyendo, sin complicarse con una historia que lo invita a seguir atentamente y
sin parpadear el desarrollo de los acontecimientos.
De muestra, un botón:
Personal de Mantención de la empresa “
”, cuyo nombre, como se puede
ver, he colocado en wordart para que los malhablados, los peladores inmundos
del Mauricio y del Chingao, cuando vean el presente Informe, comprueben con sus
propios ojos, mirando en la pantalla, que sí me manejo en las otras funciones
del programa “Word”, y que no ando pegándole a las teclas así no más, a tontas
y locas, como me lo reprochan esos dos energúmenos.
Bueno, sin más
vueltas ni preámbulos, los dejó para que disfruten los relatos del escritor
Jaime Rodríguez.
Yo por mi parte espero leer pronto más
narraciones de él.
Jaime Rodríguez |
Otra letra clara y precisa cual bala al ojo. Miguel, gracias por la palabra. GatoCarlos.
ResponderEliminarSe agradece el comentario, estimados Gatos Jurelones.
ResponderEliminarUstedes siempre son bienvenidos aquí.