Unas palabras sobre
Robert Aickman
El sábado 18 de abril fue publicada en el diario La Tercera
una entrevista a Jacobo Siruela, a raíz de la segunda edición de la voluminosa
“Antología Universal del relato fantástico” (Atalanta, 2014) libro de más de
mil páginas. Esta entrevista se titula “La fantástica antología fantástica de
Siruela”, y podemos leer en la nota introductoria que es una “[compilacion]
Desde obras no muy conocidas de escritores conocidos como Balzac o Kafka hasta
los que serán novedad como Robert Aickman, reúne Jacobo Siruela. Son 57 relatos
que atraviesan dos siglos” y fue realizada por Patricio Tapia.
No olvidemos que J. Siruela es el responsable de la
legendaria editorial Siruela, y de la actual Atalanta. En la entrevista se hace referencia a otras
recopilaciones imprescindibles del género, como la “Antología de la literatura
fantástica” (1940) de Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo,
o “Vampiros” (1992, Siruela), la que
inspiró directamente a los compiladores de la antología “Vampiria. De Polidori
a Lovecraft” (editada por Ricardo Ibarlucía y Valeria Castelló-Joubert), otra
publicación canónica sobre los chupasangres. Al leer esta entrevista no se
puede dejar de pensar en la incomparable labor editorial de Jacobo Siruela, y
su difusión de libros como los “Cuentos fantásticos del XIX” o “El Horror según
Lovecraft”, o su edición de obras que son la base para comprender la recargada
literatura gótica, como el larguísimo “Melmoth el Errabundo”, de Maturin. Pero
aquí me quiero detener en una parte de la entrevista.
“Incorpora autores no
muy conocidos en castellano
M. R. James es conocido en nuestra lengua. Hichens nada.
Onions tampoco. El cuento de M. R. James es distinto en mi antología, del que
figura en la de Caillois, pero podría haber escogido como hizo él Corazones
perdidos, que también es un cuento que me encanta. Aickman era inédito en
nuestra lengua. Increíble. Es uno de los mejores escritores de esta clase de
literatura de la segunda mitad del siglo XX.”
Robert Aickman (1914-1981) es un escritor inglés que la
propia editorial Atalanta publicó en el 2011, cuando editaron su libro de
relatos “Cuentos de lo extraño”. Ese mismo año se editó “La Aparición” (Edhasa,
España, 2011) otro libro de cuentos. Así que supongo que aquí en la entrevista
se está usando inédito en un sentido amplio, refiriéndose a que es un autor
poco conocido en habla hispana, al que hace poco se está conociendo y
apreciando.
Robert Aickman |
Pero mi memoria es buena a veces, y aunque no he leído a
Aickman, yo sabía que había leído alguna reseña sobre él, de publicaciones en
español más antiguas. Y así fue, gracias a la revista “Fangoria”. En los años
90 se editó en España la versión española de la Fangoria norteamericana, publicada
por ediciones Zinco y dirigida por Luis Vigil, y tenía secciones tan
emblemáticas cómo "Las cartas de averno", "Biblioteca de las
pesadillas", (a cargo de Albert Solé) y la destacadísima "El cubil
del Cíclope" (mi amigo Elwin Álvarez tiene un blog cuyo nombre es un
homenaje a esa sección de la “Fangoria”). Y fue precisamente en la Biblioteca
de las pesadillas donde leí algunas reseñas de antologías de cuentos donde se
incluía a Robert Aickman.
A fines de los 80 e inicios de los 90 estaban en pleno auge
las editoriales hispanas Martínez Roca y Robin Book. Martínez Roca publicando a
escritores como Clive Barker, Ramsey Campbell, T. E. D. Klein, George R. R.
Martin o Tanith Lee, por nombrar sólo algunos. Sacaban ediciones de bolsillo,
libros de gran tamaño, novelas, etc. de terror, fantasía y ciencia ficción. Y
Robin Book España, editaba por esos años antologías temáticas de terror (con
títulos como “Acosados”, “Vampiros”, “Eros sangriento”). Y en esas antologías
apareció en español, hace más de 20 años, Robert Aickman.
Vamos al grano; en “Las moradas del terror” (The
Architecture of Fear), de Robin Book (1991), aparece el relato “La llamada”
(The Fetch), de Robert Aickman. También Ediciones Martínez Roca aportó con
algunas traducciones, en la antología “Horror 5” (Martínez Roca, 1989) de
título original “The Best Horror Stories from the Magazine of Fantasy and
Science Fiction”. Ahí apareció el relato “La mano en el guante” (Hand in
Glove), de este autor. En “El gran libro del Terror” (Martínez Roca, 1989),
traducción de The Dark Descent, es publicado su relato "Las espadas".
Y en el “Segundo gran libro del terror” (traducción de Dark Forces, Martínez
Roca, 1990) se incluye el cuento “Mark Ingestre: la historia del cliente” de
Aickman. *
No se trata aquí de decir que Jacobo Siruela se equivoca ni
nada parecido. Sería iluso tratar de competir con alguien que ha aportado de
forma tan destacada a la difusión de la literatura fantástica en un sentido tan
amplio (de Borges y Cortázar hasta los góticos, y escritores de terror malditos
del siglo XX). Sencillamente quería aclarar que ya se habían dado intentos por
hacer conocido a los lectores de habla hispana, a un escritor como Aickman, en
un período muy fecundo de la publicación de literatura de terror y ciencia
ficción en las décadas de los 80 y los 90, donde cumplió un rol muy destacado la
Martínez Roca. Ahora lo que me queda es buscar relatos de Robert Aickman y leer
a este destacado autor, y conocer así su obra, que cosechó tantos reconocimientos.
Y por el momento sólo soñar con leer la última antología de
Atalanta.
Miguel Acevedo.
Post Data: las antologías de Horror de Ediciones Martínez
Roca (“Horror 1”, “Horror 2”, Horror 3” y varias más, de la colección Gran
Super Terror) eran volúmenes de más de 300 páginas cada uno, y donde se publicó
a autores de la talla de W. Hope Hodgson, Robert Bloch y Harlan Ellison. Y
también se difundió a otros autores norteamericanos míticos del género de
ciencia ficción y horror, pero muy poco conocidos por estas latitudes, como el
prolífico William F. Nolan (su relato “La última piedra” aparece en el Horror
4) y Charles Beaumont (con un cuento suyo seleccionado en Horror 5). Beaumont
fue además un destacado guionista, escritor de varios de los episodios de la
legendaria serie de televisión “La dimensión desconocida” (The Twiligth Zone),
en las temporadas originales de los primerísimos años 60.
Nota *: tengo un par
de antologías de la Martínez Roca, y una de las recopilaciones temáticas de la
Robin Book, pero desgraciadamente no tengo todos los libros que aquí cito, así
que debo señalar que una referencia fundamental para escribir esta nota fue la
página web Tercera Fundación, donde están reseñadas las antologías que nombro
acá, con los títulos de todos los cuentos incluidos en ellas, y sus respectivos
autores.
¡Qué gusto más grande encontrarme con este texto tuyo sobre un tipo de historias que nos son tan caras, amigo Miguel! Me da nostalgia pensar en este periodo tan fecundo en bellas antologías y ediciones de obras del género a nuestra lengua, cuando yo aún era un estudiante y con suerte podía comprar algunas de ellas. Te agradezco sobremanera me hayas nombrado acá. Por cierto, si bien recuerdas, entre mis joyas más preciadas está justamente "Las Moradas del Terror", je, je. Por cierto, también te dedico unas líneas en mi último post.
ResponderEliminarrepublicado en Bblogzine, segunda época: https://bbblogzine.wordpress.com/2015/04/27/a-proposito-de-una-entrevista-a-jacobo-siruela/ donde la agregaron un breve video sobre Robert Aickman, en inglés, sin subtítulos.
ResponderEliminarEstimado Miguel,
ResponderEliminarle agradecemos la valiosa apreciación que hace de Vampiria.
Quisiéramos referir, brevemente, el punto de partida de nuestro trabajo, ya que la afirmación según la cual nuestra inspiración directa ha sido la maravillosa antología de Jacobo Siruela es inexacta. Podremos así, de paso, contribuir con la historia de la recepción de este género en la Argentina y en el mundo de habla hispana.
En 1994, Paula Pico Estrada, hija de la escritora argentina Sara Gallardo, puso en nuestras manos el volumen Vampiros. Una antología de los maestros del género, publicado en Buenos Aires por Sur en 1961. Esta extraordinaria antología había sido preparada por Héctor Murena, que firmó las versiones al castellano con el seudónimo Marcos Fingerit. El novedoso y hasta hoy no superado diseño de tapa estuvo a cargo de Leonor Vassena. La selección comprendía desde documentos y testimonios de John Haigh, Agustín Calmet, Voltaire, Louis Antoine Caraccioli, Próspero Lambertini, Gerrard van Swieten y el Papa Benedicto XIV hasta el poema "La novia de Corinto" de Goethe y relatos de E.T.A. Hoffmann, Charles Nodier, Théophile Gautier, Alexandre Dumas, Fritz James O'Brien, Prosper Merimée, Isidore Ducasse (Conde de Lautréamont), Sheridan Le Fanu, F. Marion Crawford, Luigi Capuana, Montague Rhodes James, Edward Frederik Benson, Ghérazim Luca, Thomas Narcejac, Afanasiev, Guillaume Apollinaire y la primera traducción completa de "La ciudad vampira o la desdicha de escribir historias de terror" de Paul Féval.
Hacia la misma época, Ernesto Sabato nos regaló, de su biblioteca personal, el libro de Mario Praz La carne, la morte e il diavolo nella letteratura (Florencia, Sansoni, 1966), estudio sobre la literatura romántica desde el punto de vista de la "sensibilidad erótica". Numerosas son las páginas que en esta obra se dedican al tópico del vampirismo. La ávida lectura de uno y otro libro nos llevó a concebir Vampiria, que antes que una colección de cuentos surgió y se desarrolló como una investigación sobre la construcción literaria del mito del vampiro en la literatura romántica y tardo-romántica, con el propósito de establecer relaciones genéticas entre los textos a partir de determinadas hipótesis, tal como hemos explicado en nuestro estudio preliminar.
Así, nos abocamos durante años a localizar y fijar las fuentes de una gran cantidad de relatos de vampiros, veinticuatro de los cuales incluimos en nuestra antología en sus versiones originales y completas, ya que muchas veces -y no sólo en español- sufrieron cortes o fueron objeto de dataciones o atribuciones erróneas. Gracias a esta vampírica curiosidad, entre otras cosas, pudimos establecer la autoría del relato "Dejad a los muertos en paz" perteneciente a Ernst Raupach y no a Ludwig Tieck, error que se remonta a la traducción inglesa del texto en el siglo XIX, por lo demás censurada, ofreciendo su primera reedición completa, y dar al mismo tiempo completos los relatos de Théophile Gautier y de Alexandre Dumas.
Lo felicitamos por su blog y le enviamos nuestros más cordiales saludos.
Valeria Castelló-Joubert y Ricardo Ibarlucía
Estimados Valeria y Ricardo, me honran con su comentario, y les cuento que lo voy a subir como entrada por los importantes aportes y precisiones que hacen en esta nota. No puedo dejar de agregar que Vampiria es una joya imprescindible para los amantes de la literatura fantástica, y del arte en general. Mis más cordiales saludos para ustedes.
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