domingo, 25 de junio de 2017

Wonder Woman, la amazona que arrasa en el cine.


La Mujer Maravilla aparece en los comics en los inicios de la Edad de Oro (1935 – 1956), siguiendo la cronología de DC Comics. En 1938, Joe Shuster y Jerry Siegel habían presentado a Superman en el primer número de Action Comics. En 1939, debutaba Batman, creado por Bob Kane y Bill Finger, en la revista Detective Comics. Y en 1942, en Sensation Comics, aparecía Wonder Woman (1), la amazona que vivía en Isla Paraíso, y en sus primeras aventuras conocía al capitán Steve Trevor, viajaba a EEUU y conocía a su amiga Etta Candy, uniéndose al poco tiempo a la JSA (Sociedad de la Justicia de América).
El creador de la princesa Diana era el sicólogo William Moulton Marston, quién afirmaba que “para mí, desde el punto de vista de la sicología, la peor falta de los cómics era su escalofriante masculinidad”. Pero no nos tiene que decir un sicólogo algo tan evidente en los años 40 o incluso en los años que corren, que los comics de superhéroes son un mundo masculino.


Marston es un personaje muy llamativo; era partidario del poliamor, teniendo una relación simultánea con Elizabeth Followay y con Olive Byrne, quienes le ayudaron en la creación de la icónica amazona. Marston cree en la superioridad moral de las mujeres, pero a la vez tiene ideas bien especiales sobre la sumisión femenina desde el punto de vista sexual. Al mismo tiempo que reivindica el matriarcado como una sociedad utópica, un ideal que se plasma en la Isla donde vive la Mujer Maravilla, el fetichismo del personaje (su traje, el lazo de la verdad) es evidente. Además, es lícito preguntarse si Marston, el inventor del detector de mentiras, alentaba la relación poliamorosa también para las mujeres. Pero más allá de dudas y contradicciones, sus ideas son de  avanzada para la época.

Hace pocas semanas atrás, se estrenó en el cine la cinta “Wonder Woman”, dirigida por Patty Jenkins y protagonizada por Gal Gadot en el papel de la amazona. A diferencia de los comics de la Edad de Oro, donde la princesa Diana se veía envuelta en la Segunda Guerra Mundial, aquí la acción transcurre en la conflagración bélica anterior. La película nos muestra a Diana, la hija de la reina Hipólita que gobierna en la isla de Themyscira, quien desde niña se va transformando en una extraordinaria guerrera, al tiempo que se le esconde un gran secreto sobre su origen. Las amazonas deben luchar contra Ares, el dios de la guerra que volverá a sembrar las tinieblas de la matanza entre los hombres. Tras conocer al capitán Steve Trevor (interpretado por el actor Chris Pine), el primer hombre que ella ve, y luchar contra los alemanes (el mundo exterior está inmerso en la Primera Guerra Mundial), Diana abandona el paraíso donde vive y se dirige con Steve a Londres, armada y decidida a encontrar a Ares, pues está convencida que sólo él puede estar detrás de la locura apocalíptica de la Gran Guerra que remece al mundo. Allí conocerá a un llamativo grupo de combatientes (o aspirantes a serlo), y a Etta Candy, la secretaria de Steve. Y aunque el país habitado sólo por mujeres donde había vivido no estaba exento de tensiones, en el mundo patriarcal verá cómo son tratadas las mujeres, siendo notable la escena cuando interrumpe una reunión de militares y políticos con sus opiniones, y uno de los oficiales de más alto rango pregunta quién dejó entrar a una mujer ahí, como si se tratara de un perro que se ha colado dentro de un restaurante. Ella cree firmemente en la igualdad. Y cuando llegan a las trincheras del Frente en Bélgica, la primera secuencia en que Wonder Woman, con su traje icónico, lucha contra los alemanes es intensa, emotiva, magnífica, a la altura del cine bélico clásico.

La Isla de las guerreras



No hemos visto un personaje femenino así de poderoso en el llamado universo cinematográfico de los superhéroes de Marvel.

La actriz Gal Gadot

La Mujer Maravilla, interpretada por la actriz y modelo judía Gal Gadot, ya había tenido un asombroso debut en la película “Batman versus Superman, el Amanecer de la Justicia”, dirigida por Zack Snyder el año pasado. Dejando de lado las malas críticas contra esa película, hay que admitir que la amazona prácticamente se roba la cinta cuando aparece. Pese a los no muy buenos resultados en taquilla de esa superproducción (lo que resulta algo paradójico viendo las millonarias recaudaciones que tuvo), y las críticas que destrozaron a “Suicide Squad”, DC comics siguió adelante con su universo extendido para la gran pantalla, y al fin tuvo un tremendo éxito con la cinta sobre la princesa guerrera, que ha recaudado ya cientos de millones de dólares. La crítica la ha saludado como una cinta espectacular, y muchos no han dudado en calificarla como una película feminista, partiendo por la propia Gal Gadot. No podemos dejar de señalar que Wonder Woman es una película brillante, clara, pero con la dosis justa de oscuridad, que se toma en serio pero en ningún momento olvida el humor, sin caer en las tonterías adolescentes de varias de las cintas de Marvel, compañía que en sus films va en marcha atrás (por ejemplo con un Spiderman cada vez más joven). Realmente estamos hablando de una película épica y muy, muy emotiva.
Apareciendo en Batman vs Superman



La princesa y Steve Trevor

Y con respecto al feminismo de la cinta, Gadot ha dicho "Sí, es un icono feminista. Es un gran icono para mujeres y también para hombres, para niños y para niñas. La gente no para de hablar del empoderamiento de las mujeres, pero no puedes lograrlo sin hablarlo con hombres y niños. Creo que hay una idea muy equivocada sobre lo que significa ser feminista, porque hay gente que lo ve como algo negativo. Que odiamos a los hombres o vamos por ahí quemando sujetadores y no nos depilamos las axilas. No es eso. Para mí, el feminismo es igualdad. Es tener las mismas oportunidades y los mismos derechos, y todo el mundo debería ser feminista. Y, en ese sentido, lo original sobre Wonder Woman es que viene de una isla en la que solo viven mujeres y, cuando sale al mundo de los hombres, de repente empieza a ver las diferencias entre la forma en que tratan a los hombres y a las mujeres, y le parece extraño. Para ella no hay una cuestión de género. Para ella todo el mundo es igual. Así que sí, es un icono feminista." Estas afirmaciones no pueden ser más claras al respecto. Algunas voces han hablado del feminismo pop de este éxito de taquilla. Y la directora, Patty Jenkins, ha afirmado al respecto que “muchas otras protagonistas universales han estado apareciendo en pantalla siendo el personaje principal, no el personaje femenino principal”.

Patty Jenkins y la Gadot



Sobre el feminismo de la super heroína también se han levantado voces críticas, que atacan tanto el aspecto visual de la Mujer Maravilla sobre todo en los comics más actuales, con sus medidas anatómicas “imposibles”, como un simple objeto de deseo para el consumo masculino, un fetiche sexual, polémica que incluso llegó a la misma ONU, y en la que la actriz Gal Gadot también opinó públicamente. Volviendo a los aspectos más comerciales, la película ha recaudado tanto dinero que los estudios ya la dieron luz verde a la segunda entrega de la amazona.  Y no olvidemos que este año la volveremos a ver en el cine en la “Liga de la Justicia”, la que ya está en etapa de posproducción.


Por ahora, sólo quiero agregar que Wonder Woman es la película de superhéroes más hermosa de la oleada actual de estos filmes, en un género o subgénero que ya me estaba cansando un poco. Y pese a que las cintas de Marvel me gustan mucho, creo que también se están agotando al moverse dentro unos límites y un sello de producción un poco previsible, donde lo que marca todas las decisiones creativas es la búsqueda de un éxito comercial seguro.

Miguel Acevedo


Viñeta de los comics originales:





Steve: “Permíteme, tú eres la chica que quiero, hermosa…”
Diana: “Nunca conquistarás a una amazona así. Intenta tus modales de hombre de las cavernas en mujeres de un mundo de hombres!”



Nota (1): Wonder Woman ya había aparecido en una revista del año anterior, “All Star Comics” #8, publicada con fecha de diciembre de 1941.


***

A propósito de la verdadera campaña contra “Batman vs Superman”, les recomiendo leer (en inglés) este texto:

‘Batman v Superman’ is too smart for Marvel fans

Sobre la polémica de Wonder Woman en la ONU, pueden leer este artículo:

Gal Gadot y Patty Jenkins hablan de la polémica feminista de Wonder Woman

Sobre el personaje de Wonder Woman, este artículo es bien interesante, aunque un poco confuso:

Wonder Woman, ¿icono o fracaso feminista?

Y por supuesto también los invito a ver la reseña de este notable film en el blog El Cubil del Cíclope:

La Mujer Maravilla triunfante.



jueves, 15 de junio de 2017

Batman, el caballero luminoso (y kitsch)


Yo nunca tuve que decir "soy Batman"

Adam West

En los años 60, ocurrió un verdadero fenómeno de masas de la cultura pop, nos referimos al éxito de la serie de televisión “Batman”, estrenada en la cadena ABC en 1966, y emitida hasta 1968. Con 120 episodios, tuvo una fama arrolladora. El año 1966 se estrenó en los cines la película “Batman”, casi con el mismo elenco que la serie de TV.


Protagonizada por Adam West (Bruce Wayne/Batman) y Burt Ward (como Dick Grayson/Robin), la serie contaba en forma sicodélica y muy colorida las aventuras del Superhéroe de Ciudad Gótica. También aparecían personajes como Alfred, Batichica, el comisario Gordon, y los infaltables villanos, donde podíamos ver al Guasón, el Pingüino, Gatúbela, o el Acertijo.



La serie era una adaptación del comic, pero en un tono brillante y con bastante de comedia, y en sintonía con algunas corrientes de la década. Podemos hablar sin exagerar de una clara inspiración de lo kitsch y lo camp. Entendiendo por kitsch una copia inferior y casi de mal gusto, de estilos artísticos considerados valiosos y reconocidos. Y al referirnos a lo camp, estamos hablando de una estética del arte pop con mucho de humor, ironía y exageración. En cualquier definición de lo camp se nos subrayarán como sus características lo vulgar, el humorismo y lo artificioso de las situaciones. La serie de Batman de los 60 llega a lo delirante, pero con los años se ha olvidado que pese a todo, era una serie de suspenso y acción, con algo de drama e incluso tensiones románticas entre los enemigos, por ejemplo entre el Hombre Murciélago y una de las Gatúbelas de la serie, la interpretada por Julie Newmar. Pero si vemos las onomatopeyas, el Batusi o bati-twist, las persecuciones en tablas de surf o las situaciones francamente ridículas de la película, resulta muy difícil tomarla en serio. Y aunque la serie influenció a los cómics de la época, desde fines de los 60 y claramente en los 70, el Caballero Oscuro de las revistas se fue volviendo cada vez más serio y oscuro, de la mano de artistas como el destacado Neal Adams.

Debo señalar que el primer Batman que yo conocí fue el de la serie de TV, el Caballero Brillante como tan bien lo definió Adam West. Si la memoria no me falla, lo primero que vi fue la película, cuando la emitían por la televisión en la década de los 70, y yo la veía en San Miguel, en el departamento de mis abuelos paternos (mi abuelita Berta y mi abuelo Pedro). Luego no me perdía la serie, con los nombres que les pusieron a los personajes en el clásico doblaje mexicano: Bruno Díaz y Ricardo Tapia. ¿Y cómo olvidar los “santa cachucha” de Robin, el niño maravilla?




Pero a la vez fui descubriendo los cómics, los de la edición mexicana de la mítica EN (Editorial Novaro), y veía como el protagonista de estas aventuras era un solitario Batman, mucho más violento y amenazador que el de la colorida serie catódica. Eso si, aún estábamos a años de distancia de El Regreso del Caballero Oscuro y del Año Uno.

El actor Adam West participó en varias series de TV de los años 60. Por ejemplo en The Detectives, o en episodios de famosas producciones como La Hechizada, The Outer Limits y Galería Nocturna (ya en 1971). También puso su voz en dibujos animados como las series de Batman de la Filmnation, otra vez acompañado de Burt Ward como Robin. En la actualidad, participaba en la serie de dibujos animados Padre de Familia. Pero quedó encasillado como el televisivo Cruzado de la capa, cosa que supo aprovechar a su favor.

Ahora que West ha muerto, no puedo dejar de recordar las palabras de su familia, que señalaron en un comunicado que "Nuestro padre siempre se vio a sí mismo como El Caballero Brillante, y aspiraba a lograr un impacto positivo en las vidas de sus fanáticos. Siempre fue y siempre será nuestro héroe".





Adiós Adam West.
Uno más de tu generación nos ha dejado.

Miguel Acevedo


Post Data: quiero agradecer a mi amigo Elwin Alvarez, por haberme animado a escribir un texto sobre la muerte de Adam West.



martes, 13 de junio de 2017

Gabotril. Sin prescripción

Por Mario Baldío

Advertencia: La letra escrita en esta reseña (o receta?) es solo una metáfora creativa que no tiene nada que ver con el pensamiento del autor.


Escuchar, dicen, es un fenómeno psicoacústico. Lo que entra por las pailas se hace indisociable de lo que se cocina en la mollera. Lo que pasa con Gabotril es, digamos, otra cosa.

Su música es un fenómeno psicoactivo. Lo que oímos es una guitarra haciendo:              “charrachachárrachachárrachachán!!”, pero no estamos escuchando realmente, sino asistiendo a la aguardentosa, balcánica y cocodrilezca boda gitana de nuestras polígamas neuronas.

No nos será posible escapar de esa sinestesia porque es algo más que una sinestesia.

Se suspende la retórica del músico que vende un discurso, un mensaje, una prédica escuálida que se hace humo entre los sordos alegres del público.

Las canciones, mejor dicho, las “rolas” de Gabotril se dislocan a sí mismas, no solo porque siempre se muestran hospitalarias a ser interrumpidas por las palabras en tropel que él mismo suelta estrepitosamente,  pues todo lo que dicen, antes de articular algún sentido nos transportan, violenta, erótica y provocativamente a una situación tan cruda como cualquier trasnochada esquina húmeda en algún oscuro callejón, repleto de carcajadas, y al mismo tiempo tan surrealista como meter a la juguera una película de Ed Wood, Alex de La Iglesia, Burton, Kusturica, Terry Gillian, un cuadro de El Bosco, una obra de Jorge Díaz y… una lonjita de limón.

Una devota procesión de zombis espaciales recién bautizados, un payaso triste intentando encender un cigarrillo después de un tumulto rockabilly, un niño que espera a su mamá mientras ve a su abuelita cantarle a Camiroagua, una que otra gárgola parada a las 3 de la mañana y todas las muñecas taiwanesas que Barbie ni siquiera puede mirar a los ojos serían el público ideal para Gabotril. Nosotros hacemos lo que podemos para estar a la altura.

Hay ternura en la bravura, en un “Paréntesis fijo”; hay crapulencia en la inocencia en “Confesión infantil”, y cuando suena: “Que no me digan en la esquina! Que no me digan en la esquina!” se nos revela esa pesadilla que alguna vez sonó en la radio cuando chicos, recordándonos la náusea y al mismo tiempo la indignante celopatía patriarcal que se trivializa en los programas de farándula y se tribaliza en el cálido amoblado pequeño-burgués.

“Dicen que…”: Una guitarra filosa, impropia, urgente amenaza con despertarnos de nuestras cómodas butacas, haciéndonos mover compulsivamente la patita como a un gato que no le parte la moto y chillar como monos!

 No, no es una leyenda urbana. Que no se lo “digan en la esquina!” Que no se lo muestren primero en Youtube…


Gabotril es un psicofármaco de acción inmediata, y de efectos irreversibles. No se prive de la ingesta de su música.

11 de septiembre